28/02/2015
Debiera de secuestrarte, si debería
por tu bien y el de la humanidad
en mitad de la noche, en el auxilio de la penumbra
asaltarte por sorpresa y sin delicadeza
para llevarte y encerrarte en mi sótano
allí cortarte la ropa y liberar tus curvas
para atarte desnuda y exquisita, contra un pilar
de pie frente a un gran espejo
que te permita verte completa y bella
con cada pared que te rodee y aprisione
tapizada de fotografías y retratos
de las mujeres más feas y comunes, que encuentre
las más mórbidas, las más raquíticas
para que en el contraste con tu reflejo
y en el pasar de los días
aprendas y te convenzas, de una puta vez
de toda la belleza que posees y que te habita
para que nunca más en tu vida
le creas al televisor y a las revistas
el cómo debe ser o verse una mujer
para que nunca más te atrevas
a sentirte fea o disconforme contigo,
entiendas porque no debes ocultar tus ojos
ni mucho menos cambiar su color
para que nunca más oses sentirte
que debes tapar u ocultar
lo que mataríamos por ver y tocar.
por tu bien y el de la humanidad
en mitad de la noche, en el auxilio de la penumbra
asaltarte por sorpresa y sin delicadeza
para llevarte y encerrarte en mi sótano
allí cortarte la ropa y liberar tus curvas
para atarte desnuda y exquisita, contra un pilar
de pie frente a un gran espejo
que te permita verte completa y bella
con cada pared que te rodee y aprisione
tapizada de fotografías y retratos
de las mujeres más feas y comunes, que encuentre
las más mórbidas, las más raquíticas
para que en el contraste con tu reflejo
y en el pasar de los días
aprendas y te convenzas, de una puta vez
de toda la belleza que posees y que te habita
para que nunca más en tu vida
le creas al televisor y a las revistas
el cómo debe ser o verse una mujer
para que nunca más te atrevas
a sentirte fea o disconforme contigo,
entiendas porque no debes ocultar tus ojos
ni mucho menos cambiar su color
para que nunca más oses sentirte
que debes tapar u ocultar
lo que mataríamos por ver y tocar.
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